La comunidad es mucho más que sociedad, compañía y corporación. Es unión de personas libres, que comparten vida y objetivos, que implica conocimiento e intimidad, que exige entrega y renuncia a beneficios, que se abre a la fecundidad con nuevos miembros a los que se ayuda a nacer, crecer, madurar y ser capaces de acciones fecundas y vitales. Decir que la Iglesia es una comunidad de fe, implica todo lo que se dice de la idea general de la comunidad; pero es añadir que Dios es el que convoca a ella de forma gratuita y que la respuesta de cada miembro es la que hace esa comunidad viva y actuante en el mundo.